La formación otorga un aumento considerable de la autoestima y de las habilidades sociales (la proactividad, la empatía, el compromiso, la tolerancia, etc.) a través de la cual, de forma indirecta, provoca una mejora en nuestras relaciones personales.
Está comprobado clínicamente que las personas que permanecen activas física e intelectualmente tienen mayor calidad de vida, son más independientes, tienen más iniciativa y se relacionan mejor. La formación repercute favorablemente sobre el comienzo y desarrollo de las demencias, comportándose como un elemento ralentizador del grado y profundidad de los mismos
Esto sucede gracias a que la educación nos capacita para interactuar con nuestro entorno de una forma más sana y positiva.
Y es que el aprendizaje nunca ha entendido de edades. Como bien explicó el escritor y filósofo estadounidense Eric Hoffer, «la sociedad verdaderamente humana es aquella donde los abuelos, los padres y los niños son todos estudiantes», por eso desde Mediterránea Gestión, en nuestro compromiso con la sociedad, ponemos al alcance de jóvenes y mayores, diversas herramientas para contribuir a su desarrollo personal y su inserción en la sociedad.
